Como insectos hematófagos los piojos pueden transmitir enfermedades como el tifus exantemático, la fiebre de las trincheras y la fiebre recurrente. Normalmente el piojo se infecta al picar a un humano infectado y pasarse después a otra persona. En general esta circunstancia no es frecuente pero sí posible. Las vías por las que el piojo infecta al humano son varias:
- Al depositar sus heces sobre la piel herida por el rascado.
- Al aplastar el piojo sobre la piel dañada.
- Por inyección de la saliva del piojo infectado al picar para alimentarse.
- Los dedos del huesped pueden contaminarse con heces al rascarse y luego infectar a través de la boca, los ojos o la nariz.
Consejo: de lo anterior se desprende que hay que evitar, a toda costa, rascarse. Como no es fácil conseguirlo conviene no perder tiempo a la hora de poner remedio a la infestación por piojos una vez que se detecte.
Irritación de la piel
El síntoma más común de la infestación por Pedículus humanos es el prurito o picazón en el cuero cabelludo. Como hemos visto, rascarse suele producir erosiones en la piel lo que perpetúa aún más el prurito y puede facilitar la transmisión de enfermedades en los casos en que los piojos estén infectados.
El prurito se debe a la irritación de la piel producida por la saliva (que contiene una toxina anticoagulante) que el insecto deposita en la microherida de la propia picadura.
La picadura da lugar a una pequeña pápula de color rojizo que pica bastante.
Esta irritación agravada por el rascado puede llegar a producir una dermatitis que, a su vez, conlleva un riesgo de sobreinfección bacterian
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